Diario de una Esposa Traicionada por Rocio H. Gómez

Capítulo 469



Capítulo 469 

En toda la sala de estar relabs un siendo sepulcrl. 

Gregorio se habla ido, pero Camilo, ese ancestro problemático, aún estaba aquí, 

La gente de la familia Galindo siempre habla temido a Camlo, y este incidente solo emperó las cosas. 

Lucia lana una mirada reprobatoria a Camilo. “No, novas ver a tu abuelo ha estado esperando tu regresal 

Desde que Valentino sufrió un infarto hace dos años, su salud habia empeorado mucho 

En ocasiones como cenas familiares, ya mramente hacia acto de presencia. 

Hoy, sabiendo que Camilo podria regresar, Lucia y Ruth, teniendo que él y Gregorio volverán a enfrentarse, decidieron mantener en secretala noticia de su visita a Valentino. 

Fue por eso que Valentino no asistió a la cena fandiar 

La ira de Camilo desapareció de inmediato, y se levantó prontamente, dicendo con obediencia: “Está bien, como digas, iré ahora mismo.” 

Jazmin, que estaba cerca, rápidamente dijo: “Hermano, é contigo.” 

Dentro del estudio de la Mansión Galindo, 

Apenas Gregorio cruzó la puerta, pated a Carlos fuera del camino con furia

Con una mirada frustrada, exclamó: “¿Qué estás esperando? Contacta a Ventana del Mundo de inmediato y aclara la situación!” 

“Entendidol” 

Carlos, sin mostrar señales de dolor, se levantó rápidamente y sacó su teléfono para hacer una llamada. 

No llamaba a cualquier persona, sino a Cesar Almanza 

César contestó rápidamente: “¿Quién habla?” 

Al escucharlo, Carlos apretó los dientes, aunque su tono no revelaba imitación, “Hola César, soy Carlos Galindo, del Grupo Galindo” 

No era la primera vez que Carlos contactaba a César. 

César, habiendo trabajado al lado de Isaac durante muchos años, se habia vuelto astuto y experimentado en el arte de manejar relaciones 

Pero cada vez que César atendia sus llamadas, siempre preguntaba: “¿Quién habla?” 

¿Acaso realmente no lo recordaba? Eso era imposible. 

Simplemente no lo consideraba importante! 

César, siempre distante, respondió con trialdad: “Hola 

Carlos contuvo su frustración, manteniendo un tono amable, “Verás, escuché que tu compañía está interesada en colaborar con Tecnología 

Zeta,” 

No pregunto si ya hablan establecido una colaboración 

Porque en su mente, eso era simplemente imposible. 

“Siempre hay una fuga de información.” 

-César soltó una risa, “No es que estemos interesados, ya hemos establecido una colaboración. En unos dias, realizaremos una conferencia de Content (C) Nôv/elDra/ma.Org.

prensa para anunciarlo oficialmente.” 

Después de colgar, Carlos estaba pálido y ya no se atrevía a hablar. 

Gregorio preguntó furiosamente: “¿Qué pasa?” 

“Lo que dijo Camilo, es verdad” 

“Pafl 

Un golpe lo alcanzó, haciendo que las gafas de Carlos volaran, 

Gregorio lo miro furiosamente. “Si no tienes la capacidad, no te metas en lics! ¿Qué me prometiste antes de unirte al Grupo Galindo?” Siempre habla despreciado la manera en que Camilo manejaba las cosas, demasiado llamativa y dificil de manejar 

Por eso habla apoyadó a Carlos para 

para que ascendiera 

Carlos, saboreando el sabor metálico en su boca, miró con resentimiento y dijo: “Ful descuidado esta vez. Dame otra oportunidad” 

No estaba dispuesto a perder ante Camilo otra vez. 

“¿Quieres otra oportunidad?” 

Gregorio, furioso, lo interrumpid: “Ve y preguntale a Camilo site da otra oportunidad! Inútil, siendo ambos de la familia Galindo, ¿cómo es que la 

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diferencia entre y di es tan grande?” 

Dejando esa pregunta como una herida ablerta, Gregorio se marché furioso. 

Por ahora, em necesario aprovechar a ese hijo ingrato para estabilizar la situación. 

Una vez que el proyecto de inteligencia artificial estuvien seguro, lo sacaría del juego como hizo hace dos años. 

Camilo, hablendo visitado ya a su abuelo, se sentó tranquilamente en el sofá, observando a Gregorio bajar las escaleras y preguntó con una sonrisa. “¿El presidente Galindo ya tiene todo claro?” 

Gregorio aún no podia dejar a un lado su orgullo. “Lo que dijiste antes, te lo prometo!” 

“¿Me lo prometes?” 

Camilo alzó una ceja ligeramente, se levantó y se ajustó los puños de la camisa. “Presidente Galindo, ¿nadie te ha enseñado cómo se debe pedir un favor?” 


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